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¿A quién le asusta la maternidad?Revista Umělec 2008/101.01.2008 Zuzana Štefková | Dolores de parto | en cs de es |
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La pluralización de las definiciones de “madre“ es, a un tiempo, un lugar de represión recrudecida y de liberación potencial. (1)
Carol Stabile Corría el año 2003 y una mujer en avanzado estado de embarazo estaba de pie al borde del camino en el matorral del bosque Lapák de Kladno. En el marco de la exposición Artistas en el bosque, los transeúntes podían vislumbrar el destello de su vientre abombado, que destapaba en un gesto de exhibicionismo dirigido precisamente a ellos. Esta performance de Lenka Klodová Bojíte se mateřství? (¿Le asusta la maternidad?) fue mi punto de partida al redactar el presente texto. El reciente interés suscitado en el arte contemporáneo checo por el tema del embarazo se debe principalmente a dos muestras montadas con el título El arte de dar a luz: la primera tuvo lugar en la villa Portheimka en 2006, la segunda un año más tarde en Veletržní palác. Es de lamentar que estas dos muestras no supieran evitar un cierto esquematismo y concesiones en cuanto a calidad. En el libro Imágenes preñadas, las autoras Sandra Matthews y Laura Wexler subrayan que la representación del embarazo casi siempre recibe una “forma extremadamente limitada, idealizada y ahistórica”, (2) términos con los que podría, lamentablemente, caracterizarse gran parte de las obras presentadas en las dos muestras mencionadas. En la mayoría aplastante de obras predominaba el propio vientre (grávido), el fruto o el parto, privados de todo contexto social. Salvo contadas excepciones se trataba de agentes más o menos estilizados del “gran misterio del principio de la vida” (3), reduciendo así la gravidez y la maternidad a una serie de procesos fisiológicos o —por contrario— desmaterializándolas por completo para transformarlas en composiciones simbólicas abstractas. Entre las honrosas excepciones que evitaron la literalidad fisiológica o la abstración somera figuraban, por una parte, represenaciones que sacaban partido de la parodia y del humor emancipador, por otra, imágenes de la realidad psicológica de la maternidad presentadas sin idealizar. La fotógrafa finlandesa Minna Pyyhkälä, residente en Praga, optó por este planteamiento en su díptico Split Up (Separarse)(2004). La primera fotografía capta a una mujer que abraza su vientre redondo en un gesto materno, consciente de su pleno valor, mientras que en la segunda (o la primera, según cómo leamos el díptico) esa misma mujer está sentada en el piso con expresión desesperada, esta vez sin barriga. Las fotografías no disimulan su carácter artificial escenificado, pero al mismo tiempo surten un efecto psicológico persuasivo gracias a la manera de la cual ubican sugestivamente la maternidad en el“terreno minado” emocial entre la satisfacción y la frustración, la plenitud y el vacío, el autoengaño halagador y la sinceridad lacerante. En su hoy ya célebre obra Otcovství (Paternidad, 2003), Jiří Surůvka eligió un enfoque totalmente distinto. Su padre de fibra de vidrio azul con la máscara de Batman de proporciones y rasgos obviamente surůvkianos ilustra perfectamente las características del alumbramiento en versión masculina. El autor se presenta en el papel de padre orgulloso —superhombre—, capaz de parir niños sin dolor ni fatiga. El espectador podrá evocar los más diversos alumbramientos milagrosos en los que la madre fue reemplazada por el padre, sea el de Atenea que surgió en un salto de la cabeza de Zeus o el de Dionisio, nacido del muslo del mismo dios. Como en el mito griego, también aquí el fundamento fisiológico del parto queda sustituido por un truco de escamoteo que remite más bien a la creatividad espiritual masculina que a la oscura proliferación en el regazo femenino. El varón—autor tiene el alumbramiento bajo su control. Trae al mundo su clon y nadie podrá poner en duda su paternidad. De manera parecida a la de Surůvka, también Lenka Klodová trata la maternidad en hipérbole, pero con la diferencia de prestar al tema una atención sistemática y, por lo visto, sin haber agotado el arsenal de mitos relacionados. En el contexto de la exposición Este mes tengo la regla (galería Art Factory, 2004) obvió la casi siempre obligada iconografía “de paños higiénicos” y eligió la forma de campaña simbólica bajo el nombre Demonstrace (Manifestación, 2004). La obra consistía de una procesión de figuritas de mujeres grávidas de papel, blandiendo pancartas con lemas contra la menstruación, p.ej. “Dile no a la menstruación” o “Por la vida sin menstruo”. Las manifestantes tematizaron de forma inusitada un “hecho dado” biológico relacionado con el el sexo feminino. Klodová partió de la representación considerada como fuente del concepto estereotipado del “rol femenino” dándole una forma inesperada, (auto)irónica y al mismo tiempo intrínsecamente optimista. Sus imágenes de mujeres pueden calificarse como subversivas a pesar de afirmar los valores femeninos tradicionales. Afirmación que permite comprender la situación de una nueva forma, a leguas de distancia de la visión arraigada del género femenino. En su interpretación, la maternidad se ve enriquecida por la dimensión lúdica que contempla el “gran misterio” con serenidad y humor distanciado. Klodová retornó al tema del embarazo en la serie de fotografías llamada Vítězky (Campeonas), presentada en 2005 en el marco del proyecto Artwall (Mural). Las concibió como una analogía visual entre el embarazo y el rendimiento deportivo, es decir como una suerte de “homenaje a las madres”. Por otro lado, es lícito imaginarse una interpretación diferente; la impresión inquietante que inspiran estas barrigas abombadas tiene relación con el supuesto generalmente aceptado de que la deportista grávida pone en peligro el niño nonato. En este contexto, las campeonas ponen de manifiesto las paradojas de la gravidez entendida como un rendimiento supremo digno de recibir en premio una medalla pero también como una desventaja. A través de los cuerpos en agudo contraste con la tradicional imagen de la gravidez pasiva estetizada, indican la limitación del campo visual (y social) en cuyo marco la gravidez es aceptada como algo normal. En el mismo lugar se presentó dos años más tarde otro proyecto dedicado a la maternidad, titulado Otázky (Preguntas) de Silvia Vondřejcová. Por vía de un cuestionario público inquiría las preferencias de los espectadores respecto de su hijo real o hipotético. “Si tuviera la posibilidad de elegir, ¿le molestaría menos que su hijo fuera considerado por el entorno como a) necio, b) feo?” interroga Vondřejcová en una de las siete preguntas a las que no resulta fácil dar respuesta —pese a su aparente sencillez. Todas se refieren a nuestras expectativas muchas veces ambiguas y a las escalas de valores que compiten entre sí. El proyecto de Vondřejcová da testimonio del embarazo en sus correlaciones psicológicas. Lo muestra, igual que al vástago que ha de nacer, como fruto de nuestras esperanzas, ilusiones y aprensiones. Otázky (Preguntas) no fue la primera obra de la autora fundamentada en la experiencia del embarazo. En 2005 Vondřejcová tuvo la ocurrencia de ganar a designio en peso, simultáneamente con su hermana grávida. En el curso del proyecto engordó casi nueve kilos y medio, bien que, con todo, ganó en peso solo la midad de lo que engordó la hermana. En la carta dirigida a ésta en relación con el proyecto, la autora describe su aprensión respecto de la posible alteración de su figura, al tiempo que manifiesta la resolución de “ir en contra del convencionalismo y de los ideales de belleza arraigados, dominar el cuerpo propio por la voluntad propia.”(4) El experimento combinaba la reevaluación radical del imperativo del cuerpo “perfecto” y, al mismo tiempo, era expresión de solidaridad —mental y física— con la hermana. El vínculo entre ambas se manifestó de forma sorprendente un año más tarde. Al año exacto después de que empezara a ganar en peso conjuntamente con la hermana, Silvia Vondřejcová comprobó que estaba embarazada. De esta forma se inició la segunda fase no planificada del proyecto Hmotnost (Masa). En el marco de su propia gravidez la autora fue anotando el aumento de su peso y confrontó el material reunido con el experimento anterior. Pudieron verificarse varios paralelos remarcables entre las hermanas: quedaron embarazadas con un año de diferencia. Durante el embarazo, la autora ganó en peso con una precisión de casi diez gramos exactamente lo mismo que durante el proceso de engordamiento paralelo con la hermana. Su niño nació un año (menos tres días) más tarde que el de su hermana. Los dos casos siguientes tocan un tema que no deja de conllevar un deje de tabú, a saber, el sexo durante la gravidez. Lenka Klodová abordó este punto en su tesina, el proyecto de revista pornográfica femenina titulada Ženin 1/05 (Femíneo). Entre los objetivos que se fijaba, la revista pretendía dilucidar las correlaciones entre el sexo y el dar a luz. “Pienso que la concepción, pesadilla obligada del hombre pornográficamente educado, puede constituir en la pornografía femenina una fuente de excitación. La conciencia de llevar en el cuerpo un niño vivo moviente y que al hacer el amor también el varón se mueva en mi cuerpo, integrándose de esta forma en un cuerpo la familia completa, puede resultar sumamente erótico y excitante para la mujer. Pienso que también podrá experimentarlo todo hombre que adore a su familia.”(5) La propuesta de Lenka Klodová sustituye el tópico del “adueñarse, apoderarse, usurpar” en la producción pornográfica habitual por el principio de la “integración en el cuerpo femenino”. Idea que no sólo insta a reevaluar la lógica tradicional de la pornografía, basada en la relación binaria sujeto—dominante, objeto—dominado sino que indica la vía hacia una modificación del concepto del sujeto como tal. La doble unicidad del cuerpo materno supera el “individualismo posesional, la pérfida aparente unidad «natural» del cuerpo” (6) y la retórica familiar apunta a la sexualidad femenina plenamente autoconsciente, para la cual el embarazo no es una prisión ni un encumbramiento de la misión biológica de la mujer sino fuente de satisfacción física y psíquica. A diferencia de la mayoría de temas de la revista Ženin en la que predomina la combinación de fotografías con el texto, Klodová representó el sexo durante la gravidez por medio de un dibujo analítico de la pareja cohabitante que hace pensar en las imágenes de manules de medicina o sexología. En parte eligió este procedimiento por motivos prácticos, ya que en los demás casos fue su propio modelo, por cuanto hubiera sido complicado quedar embarazada precipitadamente sólo para esta ocasión. Por otro lado, la forma elegida le permitió captar la familia entera y recalcar la presencia del niño en el cuerpo materno en el punto de la “integración”. El fruto desempeña el papel de protagonista también en el vídeo de Ondřej Brody titulado Dominik (2007). Si bien Klodová se orienta al público femenino, el vídeo de Brody representa una fantasía masculina heterosexual sobre el sexo con una paciente grávida en la consulta ginecológica. Brody introduce en esta trama de base el examen ultrasonoro, efectuado por un ginecólogo real. Comparado con la producción pornográfica típica, el resultado produce un efecto bastante subversivo; dedica demasiado espacio a la interacción de la madre y del ginecólogo y al propio examen y deja en segundo plano las tomas de detalles de la cópula carnal. A diferencia de la pornografía clásica, el goce masculino queda descrito como algo accesorio y la mayoría del tiempo parece penoso y hasta ridículo, hecho subrayado por el obvio desinterés de parte de la futura madre, preocupada en primer lugar por el estado de su hijo nonato, y que la mayoría del tiempo casi no hace caso de su pareja. Por otro lado, la manera de la cual Brody construye el sujeto grávido no abandona la esfera delimitada por los códigos patriarcales. La protagonista no es la ninfómana hipersexualizada de las revistas o de los vídeos pornográficos pero su rol queda inequívocamente caracterizado por la dependencia de los hombres, frente a los que queda definida como paciente, objeto sexual y madre, sostén del hijo. En este sentido es sintomática la reacción del futuro “papá” al averiguarse que será padre de un varón: “Estarás más feliz que una lombriz,” le dice espontáneamente a la futura madre, reiterando la opinión tradicional que deduce el valor de la madre de la capacidad de concebir y dar a luz un varoncito. Esta correlación supedita de doble manera la figura materna a la lógica fálica: acepta el pene de su pareja al tiempo que se identifica con el rol de “poseedora” privilegiada de un vástago masculino. Los aspectos sexuales del embarazo interesan a Odřej Brody tanto como a Lenka Klodová pero, a diferencia de esta autora, no tiene la menor intención de provocar una experiencia erótica (ni siquiera la masculina). La gravidez y la sexualidad son para este autor herramientas discursivas que le permiten analizar diversos regímenes de representación lindantes en la pornografía y la reacción del espectador ante el tema prohibido. La eventual “repulsión” provocada se fundamenta en los prejuicios que relegan el sexo en tiempo de gravidez al ámbito de prácticas perversas o que lo asocian con peligros imaginarios. En este lugar conviene citar a un participante quien dijo en un debate por internet que el varón, al copular con una mujer embarazada, corría el grave peligro de ser mordido por el niño.(7) Este rodeo me hace retornar a la pregunta original de Lenka Klodová, encarnada en su performance ¿Le asusta la maternidad?. Los ejemplos mencionados demuestran que Klodová no es la única a quien fascinan los aspectos inquietantes de la maternidad. Si la maternidad, según Kristeva, es una “catástrofe de la identidad”,(8) las/los artistas mencionados buscan diversas maneras de sustituir el concepto colapsado de “identidad” por una serie de posiciones mudables que puedan aunar en sí los conceptos supuestamente antagónicos de “yo y el otro”, “interior y exterior”, “privado y público”, “físico y espiritual”, estableciendo así nuevas coordenadas en las que pueda desenvolverse el proyecto de la maternidad. (1) Carol Stabile, Focení matky, citado en Rosemary Betterton, Distancia Íntima, xxx, p. 127. (2) Sandra Matthews, Laura Wexler. Fotos Preñadas. Routledge 2000, p. 1. (3) Nadja Roverová, Eugen Kukla, Umění porodit (catálogo), Praha 2007. (4) Vondřejcová, Documentación del poryecto Hmotnost (Masa), 2005 (5) Klodová, L. Zásady vytvoření pornografického časopisu pro ženy, tesina VŠUP, 2005, s.p. (6) Op. cit. en nota 2, p. 14. (7) http://zdravi.idnes.cz/sexualita.asp?r=sexualita&c=A031208_150805_sexualita_jkl, encontrado el 7-2-2008. Eva Hauserová menciona esta referencia en su artículo O sexu v poženaném stavu, Rozrazil 02/2006, págs. 67-68. (8) Julia Kristeva, Jazyk lásky. Praha, Una Prensa de Mujer, 2004, p. 200.
01.01.2008
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04.02.2020 10:17
Letošní 50. ročník Art Basel přilákal celkem 93 000 návštěvníků a sběratelů z 80 zemí světa. 290 prémiových galerií představilo umělecká díla od počátku 20. století až po současnost. Hlavní sektor přehlídky, tradičně v prvním patře výstavního prostoru, představil 232 předních galerií z celého světa nabízející umění nejvyšší kvality. Veletrh ukázal vzestupný trend prodeje prostřednictvím galerií jak soukromým sbírkám, tak i institucím. Kromě hlavního veletrhu stály za návštěvu i ty přidružené: Volta, Liste a Photo Basel, k tomu doprovodné programy a výstavy v místních institucích, které kvalitou daleko přesahují hranice města tj. Kunsthalle Basel, Kunstmuseum, Tinguely muzeum nebo Fondation Beyeler.
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