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Escribir y Dirigir EsculturaRevista Umělec 2008/101.01.2008 Drew Martin | Mirada cercana | en cs de es |
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Al considerar la cantidad de texto dedicado a discutir, entender y explicar las artes visuales, es difícil ignorar nuestra dependencia en las palabras para ayudar, acentuar, compensar y aún subtitular nuestras experiencias visuales. Desde la antigua Grecia, el texto acompañaba las imágenes, que eran, frecuentemente, alegóricas. Las imágenes sumariaban gráficamente el texto de la misma forma en que los actuales boletines de prensa y artículos definen literalmente una pintura o escultura. Lo que ha evolucionado en formarnos una imagen a partir de un texto original es una “colaboración” más íntima e informada.
Una de las más interesantes relaciones texto-imagen es el tratamiento de un motivo escultórico en la obra de Arthur C. Clarke “2001: A Space Odyssey” (Odisea en el espacio) y cómo fue visualmente interpretada en la versión fílmica de Stanley Kubrick. El “objeto” es el monolito, que aparece cuatro veces en la novela y la película. Los monolitos de Clarke son fenómenos multimedia: brillan y vibran, envían mensajes al sistema solar y aún pasan de ser estructuras sólidas (del tamaño de los edificios más altos de la tierra) a ser aparentemente interminables “puertas estelares” a otros universos. Son los monitores, faros y portales de los alienígenas, parecidos a dios, que han desarrollado un interés por el avance de una especie “primitiva”. Clarke le dedica páginas enteras a la descripción gráfica de sus monolitos, lo que sería un apetecible bocado para un director tan visualmente enfocado como Kubrick. No fue solamente un maestro de la cinematografía sino que además contaba con talentos especiales para convertir un puñado de palabras en juegos fascinantes, colores llamativos y narrativas visuales. Capítulos completos de “2001” están repletos de oraciones hipervisuales, que Kubrick captura con facilidad, por lo que resulta sorprendente ver que reemplaza los monolitos dinámicos de Clarke con lo que parecen ser llena-espacios, mera escenografía. A continuación, parte de la última descripción del monolito, que alude a su introducción: “Un fantasmal, reluciente rectángulo se formó en el espacio vacío. Se solidificó en una tableta de cristal, perdió su transparencia y se difuminó con una pálida lechosa luminiscencia. Tentadores fantasmas mal definidos se movieron a lo largo de su superficie y hacia sus profundidades. Se incorporaron en barras de luz y sombra, formando entrelazados patrones con rayos que lentamente empezaron a girar al tiempo marcado por el ritmo pulsante que parecía llenar la totalidad del espacio”. Clarke nos alimenta con páginas de tales detalles mientras que Kubrick se reserva misteriosamente en su tratamiento de los monolitos: son simples bloques negros planos. En lugar de eso, Kubrick realiza lo que es esencialmente una interpretación cinestética. Substituye las descripciones de Clarke con las vocales micro polifónicas de Gyorgy Ligeti. El efecto es desorientador, haciéndonos sentir tan vulnerables como los hombres-mono, de “quijadas-chimuelas”, al ser manipulados por una fuerza mayor. Al mismo tiempo, Kubrick presenta un truco visual, que, aun si hubiera sido descrito por Clarke, no tendría el mismo impacto. Cada vez que una escena de monolito está por terminar, la alinea con ya sea otro cuerpo celeste o con un diseño arquitectónico. Utiliza la simetría, lo que es enteramente visual e inmediatamente significativo. El pasaje anterior continúa con las siguientes oraciones que nos dan un mayor entendimiento del tratamiento visual de Kubrick de los monolitos: “Era un espectáculo para capturar y mantener la atención de todo niño u hombre mono. Pero, como había sido tres millones de años antes, tan solo era la manifestación exterior de unas fuerzas demasiado sutiles para ser percibidas conscientemente. Era simplemente un juguete para distraer los sentidos, mientras que el proceso verdadero se llevaba a cabo en niveles mucho más profundos de la mente”. “2001” de Kubrick, es un banquete de delicias visuales. Nos sitúa en estaciones espaciales, la Luna, en el espacio exterior orbitando a Júpiter. Es un adelantado a su época con relación a los efectos visuales y con tal control que considera al “efecto” visual como algo tan central como el monolito. Si existe una metáfora para la escultura y el arte, los cristales pulsantes de Clarke son no tan solo maravillas multi media, sino que también demuestran cómo se experimenta frecuentemente el arte; completa y sensacionalmente. Pero también conoce que este efecto no está realmente en la superficie, es lo que está sucediendo dentro de nuestras mentes. Es esa experiencia interna a través de la cual evolucionamos. Las fronteras de Clarke son de una imaginación tal que solo pueden ser arrancadas a hachazos de las palabras. Nos proporciona experiencias visuales directas, sin estímulos gráficos y Kubrick hace honor a esto con un tipo de silencio visual. Kubrick no ilustra el texto original: lo contempla, lo que es mejor que cualquier explicación o definición.
01.01.2008
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04.02.2020 10:17
Letošní 50. ročník Art Basel přilákal celkem 93 000 návštěvníků a sběratelů z 80 zemí světa. 290 prémiových galerií představilo umělecká díla od počátku 20. století až po současnost. Hlavní sektor přehlídky, tradičně v prvním patře výstavního prostoru, představil 232 předních galerií z celého světa nabízející umění nejvyšší kvality. Veletrh ukázal vzestupný trend prodeje prostřednictvím galerií jak soukromým sbírkám, tak i institucím. Kromě hlavního veletrhu stály za návštěvu i ty přidružené: Volta, Liste a Photo Basel, k tomu doprovodné programy a výstavy v místních institucích, které kvalitou daleko přesahují hranice města tj. Kunsthalle Basel, Kunstmuseum, Tinguely muzeum nebo Fondation Beyeler.
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