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Joe ColemanRevista Umělec 2008/101.01.2008 Nils Michaelis | Entrevista | en cs de es |
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Joe Coleman no es el típico artista intelectual. Sus raíces se encuentran en los escenarios de la música punk y las caricaturas americanas de los años setenta. Lo mejor es que a lo largo de los últimos quince años, los coleccionistas establecidos y las galerías más conocidas de Nueva York y Paris han mostrado un gran interés en su obra; incluso el New York Times le ha dedicado un espacio con considerable detalle.
Coleman alcanzó su última cumbre en el verano-otoño del 2007, cuando el Instituto Kunst Werke de Berlín presento una exhibición bastante completa de su obra. Alrededor de cuarenta imágenes y numerosas instalaciones se mostraron a todo lo largo de los cuatro pisos de la galería. Iniciando en las altas habitaciones del sótano, la exhibición presentaba los fundamentos del arte de Coleman: esencialmente el mundo del vaudeville (comedia ligera) de los inicios de siglo. Con sus circos itinerantes, trenes fantasmas, trovadores callejeros, museos de cera y espectáculos de fenómenos que ofrecían una variada selección de deformaciones físicas, espirituales y morales a una audiencia que se estremecía de alegría. En el sótano, el artista no expuso su obra propiamente sino pedazos y piezas de la época. Dispuestos en un exhibidor que nos recuerda las carretas cubiertas utilizadas para la exploración del Oeste americano, observamos también una escena de una violación, recreada en cera, que había estado en exhibición en el Museo de Cera Myrtle Beach en Carolina del Sur por muchos años. O la figura de Richard Specks –un asesino que mató a ocho estudiantes de enfermería en un terrible frenesí. Podríamos, por supuesto, reírnos de todo esto como si se tratara de una anticuada casita del horror de barriada y de esta manera distanciarnos de las profundidades del alma humana que se encuentran en exhibición. Las imágenes expuestas en los pisos superiores, son testigo del hecho que Coleman no solo reduce el horror a la emoción. Asesinatos, deformaciones físicas y enfermedades reverberan en su obra como una introspección depresiva. Después de todo, el título de la exhibición fue “Internal Digging”( Excavación Interna). Sus imágenes intentan borrar las pesadillas que crea. Para Coleman, ellas funcionan también como altares de vudú en los que se llevan a cabo sacrificios para apaciguar a los demonios. Tomemos, por ejemplo, su autorretrato “I Am Joe´s Fear of Disease” (Soy el temor de Joe a la enfermedad) en la que se muestra el sufrimiento de Coleman por una enfermedad de la piel mediante escenas en formato de caricatura, transformando de esta manera el sufrimiento en una obra de arte. Entonces, hay ahí numerosos rostros terribles; principalmente aquellos tomados directamente de viejos y nuevos álbumes de criminales. Algunos de ellos aparecen sin malicia, el caso de Osama Bin Laden en la obra “As You Look into the Eye of the Cyclops” (“Así como miras dentro del ojo de los Cíclopes”). Sin embargo, la mayoría de los rostros, semejando rostros al estilo George Grosz, como en “War Triptych” ("Tríptico de Guerra") por ejemplo, parecen degenerados, torturados y heridos. En el estilo surreal de Hieronymus Bosch, Coleman observa la afilada hoja de la navaja del militarismo en la superpotencia norteamericana, donde el “Sueño Americano” se convierte en una pesadilla muy real. Más aún, la capacidad de Coleman para observar el detalle es sobresaliente, pues llena aun los menores cuadros milimétricos con símbolos y textos finamente pintados. Solo podemos imaginarnos que crear algo como eso requiere de, ya sea la paciencia de un monje Budista-Zen, o una inminente locura. La impresionante fuerza de las imágenes de Coleman radica en la ambivalencia hacia este terror que muy difícilmente es controlado. En la siguiente entrevista, el artista explica cómo el arte puede funcionar como un método de auto-terapia. Sus cuadros e imágenes son frecuentemente comparados con las obras de los artistas Art-Brut (Arte Bruto), como el esquizofrénico Adolf Wolfli. En contraste con estos autodidactas, usted había iniciado una educación académica, hasta que lo corrieron de la academia artística. ¿Por qué lo expulsaron? Fue la decisión de un comité que se reúne cada semestre. Había tres jueces. Describieron mi trabajo domo fascista y esquizofrénico. Aún si yo fuera un esquizofrénico… ¿que tendría eso que ver con el arte? El término “fascista”… quiero decir, tenemos un comité de revisión que va a decidir si mi obra tiene algún valor artístico… ¡Dicen que yo soy el que supuestamente es fascista!. Esto provocó en mi una reacción de rabia, así que tomé venganza. Se volvió imposible continuar. En ese tiempo había una reacción en contra del arte figurativo en general. Las obras minimalistas eran las únicas que se respetaban en ese entonces. El arte figurativo se reducía a la ilustración. Tras el expresionismo abstracto surgió esta idea, que se extendió ampliamente, acerca de que el arte figurativo había muerto debido a que la fotografía era mucho mejor para mostrar al mundo real. Para mi todo eso son tonterías. Si observamos el arte figurativo de Breugel o Goya, no existe ninguna fotografía que pueda capturar eso. Tuviste una exhibición con el artista Art Brut, Adolf Wolfli. Parece haber causado una fuerte impresión en ti. ¿Dónde encuentras las semejanzas y dónde las diferencias? Llenas cada centímetro cuadrado con signos, lo que me recuerda fuertemente el trabajo del artista Suizo. Puedo identificarme con su obra. Puesto que tampoco elaboro dibujos previos, trabajo por instinto. Simplemente voy añadiendo pequeñas cosas y detalles hasta que logro cubrir la superficie entera. Algunas veces realizo investigación puesto que las pinturas son como novelas. Cuando pinté el retrato biográfico de Boston Corbett (1), hice lo mismo que habría hecho cualquier novelista. Leí entrevistas de la época, revisé artículos periodísticos y traté de encontrar los registros de la corte acerca del caso. Supongo que me identifico con la idea de la imagen insuficiente por sí sola pero completada por el texto. Por lo mismo, también me intereso en historias y cartas. La manera en que percibimos la realidad es con palabras y las palabras crean imágenes en nuestras cabezas. Así es que puedes ver ambas perspectivas en mis obras. ¿Podrías darnos un ejemplo?, ¿Qué tal la imagen sobre el cantante de música country Hank Williams? Fui contactado por su nieto, Hank Williams III. Se sentía muy emocionado por mi obra así que me envió fotografías del álbum familiar. También me envió licor casero (risas). En el caso del retrato de Hank Williams, los sentimientos que obtuve por estas minucias de información literalmente se fueron directamente a la superficie, como fragmentos de un diálogo. Sus propias poesías y música forman el marco de la pintura. Así es como trabajo. Esta forma de pintar se relaciona también con los manuscritos coloreados de la edad media en los que uno encontraba narrativas y texto aparte de imágenes. También el arte Tibetano es así. En el arte religioso elaboran estas pinturas realmente planas pero increíblemente cargadas de información. ¿Qué papel juegan las experiencias con drogas? Sus obras permiten al observador ver el espíritu de las cosas en lugar de solamente su superficie material. Lo reconozco, fui un adicto a la heroína y he probado cualquier droga que puedas imaginarte. Las experiencias con drogas son parte de mi vida. Aun así, no diría que me dedico a hacer arte-droga. No fue mi intención decir que haces algún tipo de arte psicodélico. Más bien que tus pinturas me recuerdan a la percepción que uno logra al consumir drogas psicodélicas: se tiene la impresión de que todo tiene algún tipo de espíritu. Entiendo lo que quieres decir, pero esto viene también de mi catolisismo. Fui criado como un Católico Irlandés. Creo que la parte irlandesa de esto es muy significativa, especialmente esta especie de giro pagano-celta incrustado en el Catolicismo. Tiene todas estas imágenes, la adoración del Espíritu Santo. Las pinturas que hago tienen mucho de ícono. Pero este es el falso tipo de Catolicismo. No confió en eso. Fui criado yendo a la iglesia pero muy temprano perdí la fe en la retórica y la iglesia formal. Está llena de hipocresía. Solo trato de vivir mi vida dentro de ciertas creencias que se me enseñaron. Vivo con mi propio entendimiento del Catolicismo. El ritual y el drama me hablan directamente. Trato de utilizar esta circunstancia sin llegar a ser manipulado por ella. Existe esta anécdota tuya acerca de tu niñez… la historia acerca del cementerio que te dio miedo cuando lo observaste. Si, ponía un pie sobre el muro exterior y luego corría aterrado a mi casa. Sin embargo regresaba, la siguiente vez, puse los dos pies sobre el muro. Eventualmente se convirtió en mi jardín de juegos. ¿Es tu arte una forma de volver a cosas que te atemorizan, una confrontación con los pequeños horrores de la vida diaria? Ese es en realidad un gran aspecto de mi obra. Es una forma de controlar mis temores y deseos para albergarlos en ese objeto enmarcado que tiene símbolos mágicos que te protegen de ellos. Tus temores son expuestos con claridad, puedes observarlos, eso los hace un poco menos atemorizantes. Así que no pueden destruirme. En tu exhibición en Nueva York, tu mismo fuiste causa de pánico y temor cuando apuntaste con una pistola a las cabezas de la audiencia. Tenía que comunicar ese dolor. No podía hacerlo cantándoles una canción del corazón. La única forma de comunicar lo que pasaba dentro de mi era apuntar una pistola a la audiencia. ¿Estaba cargada la pistola? Si, pero con salvas. Cuando disparé, la audiencia lo ignoraba y corrieron. ¿Qué sentiste en ese momento? Me sentí un poco mejor, puesto que dejé salir algo de ira. No lo sé, me sentí invadido por la paz. ¿No has sentido nuevamente la necesidad de apuntar con una pistola a tu audiencia? No, nunca volví a sentirla. ¿Por qué ya no sientes ese dolor? ¿Será que tus pinturas y tus performances han servido como un tipo de terapia al final? Si, el arte ayudó, pero también soy más viejo y he madurado. Más aún, está el amor de una buena mujer. Es una combinación de muchas cosas que me han ayudado.
01.01.2008
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04.02.2020 10:17
Letošní 50. ročník Art Basel přilákal celkem 93 000 návštěvníků a sběratelů z 80 zemí světa. 290 prémiových galerií představilo umělecká díla od počátku 20. století až po současnost. Hlavní sektor přehlídky, tradičně v prvním patře výstavního prostoru, představil 232 předních galerií z celého světa nabízející umění nejvyšší kvality. Veletrh ukázal vzestupný trend prodeje prostřednictvím galerií jak soukromým sbírkám, tak i institucím. Kromě hlavního veletrhu stály za návštěvu i ty přidružené: Volta, Liste a Photo Basel, k tomu doprovodné programy a výstavy v místních institucích, které kvalitou daleko přesahují hranice města tj. Kunsthalle Basel, Kunstmuseum, Tinguely muzeum nebo Fondation Beyeler.
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