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Estrategias espaciales: ¿Una respuesta a los desafíos de la ciudad actual?Revista Umělec 2009/101.01.2009 Elisa T. Bertuzzo, Günter Nest | urbanismo | en cs de es |
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Escribir sobre ciudades está de moda desde que el siglo XXI ha sido declarado como el “siglo del urbanismo”, desde que se ha constatado que una de cada dos personas vive en un conglomerado urbano y que, de seguir así, pronto la mitad de la humanidad vivirá en ciudades. Y eso no es todo. Desde que con Saski Sassen, el pensamiento sobre la globalización se ha convertido en un pensamiento sobre global cities (ciudades globales), es decir, sobre las metrópolis conectadas desde un punto de vista económico y orientadas a la producción y el consumo, se multiplican las publicaciones y artículos que contribuyen a la reflexión sobre “la ciudad”. Las respuestas a la pregunta qué significa “ciudad“ resultan cada vez más confusas, algo que da que pensar. Para encontrar una salida al laberinto de definiciones podríamos identificar ciudad con espacio. Pero, ¿por qué precisamente el espacio que, citando a Kant, es la condición del pensamiento humano? ¿Una entidad que ha sido objeto de discusión para generaciones de filósofos? ¿Por qué iba el espacio a facilitar el debate acerca de la ciudad? ¿Qué es el espacio? ¿Cómo se define el espacio urbano? Dejando a un lado las discusiones gnoseológicas de los filósofos, esta pregunta sólo admite respuestas contradictorias. Pensemos en la diferencia tradicional entre espacio público y privado, que por un lado define la calle como plataforma del acontecimiento social, y por otro lado la vivienda como escenario de la vida individual, personal y emocional. Una diferencia que, justamente en la época en la que la urbanización va en aumento, el proceso de urbanización, migraciones y privatización ha quedado anticuado. ¿Qué valor público tiene una calle sometida a las reglas policiales, vigilada por cámaras, y de la que abusan los conductores como si fuera de su propiedad? ¿Qué es emocional y privado en el interior de muchos edificios, infrautilizados o reducidos a una función temporal en el núcleo de las ciudades centroeuropeas? ¿Edificios que no son testigos de la vida familiar sino más bien de la vida profesional? ¿Acaso se ha obviado la cuestión del espacio en la ciudad en el relativismo postestructuralista?
Podríamos citar a Henri Lefebvre, contrario al postestructuralismo: “El espacio se produce y el proceso de esta producción da como resultado la ciudad”. Lo que este intelectual francés de los años setenta quería decir se extiende a la interpretación materialista espontánea. “Espacio” no hace referencia a la síntesis física de lugares y ubicaciones, sino a la totalidad de los fenómenos interrelacionados y procesos de producción que, al interactuar, crean la ciudad y el urbanismo. Lefebvre afirma que, en la época posmoderna, la ciudad deja de ser una entidad estable resultado de la producción de mercancías basada en jerarquías tradicionales. Más bien puede hablarse de un proceso social amplio del urbanismo a escala mundial. Lo dice en La production de l’espace: debido a su carácter de proceso, es decir, debido a su constitución “inacabada”, la ciudad no puede ser “contemplada” ni pronosticada. Lefebvre se enfrentaba a una contradicción: ¿Cabe investigar acerca de la ciudad? La investigación clásica de la ciudad tal y como la entendían Max Weber y, más adelante, Georg Simmel y Louis Wirth, una investigación que había dado como resultado conocimientos esenciales para la sociología, no parece tener continuidad. O al menos no sin estar abocada a la independencia de la incapacidad para observar el proceso “ciudad”. Se creó así la necesidad de desplazar el punto de mira del análisis o de trasladarlo al espacio. La “ciudad” existe en el espacio, y el conjunto de lo social se desarrolla en el espacio. Esta noción engloba el spatial turn (retorno al espacio) de Michel Foucault, que centraba en éste la atención de las disciplinas culturales de la época. A la vez, junto con la teoría de Lefebvre de la “producción del espacio”, dio pie a la investigación futura de la ciudad y la sociología, una investigación útil aunque no suficientemente reconocida. “Espacio” o “ciudad”, entendida como proceso, se compone de tres “campos” específicos. En el campo físico se incluyen las condiciones materiales de las ciudades (casas, infraestructura, instituciones ...), pero también el curso de la cotidianeidad. En el campo mental se analiza el espacio como una categoría cultural, determinada por instancias religiosas, rituales y culturales en general, y también por la actividad de los delineantes y arquitectos. Por último, en el campo social se forma un “espacio social”, resultado de las prácticas cotidianas e interacciones entre los hombres y que se oculta en sí misma el potencial para la realización de un individuo que actúa en la sociedad. Lo singular de esta teoría es la conexión entre los tres espacios, esencialmente independientes entre sí, y en consecuencia deben entenderse como equivalentes y sincrónicos. La consecuencia de esta teoría para investigadores y profesionales se fundamenta en una exigencia de unir los distintos aspectos de la vida sociopolítica, que hasta el momento siempre se han tratado de modo independiente. En efecto, la separación entre aspectos sociales, culturales y físico-estructurales en la observación de las ciudades cada vez más complejas, es una de las carencias de la investigación urbanística actual, y también del desarrollo de las ciudades. Hasta la fecha, hay una ausencia de intentos concretos que ofrezcan una alternativa contrapuesta a esta tendencia. Existe una contradicción manifiesta al pensar en los objetivos ocultos de numerosos projectos de desarrollo e investigación inter y multidisciplinares. Por desgracia, a menudo se produce una mera “yuxtaposición” de las distintas disciplinas. Así, los medios artísticos y los artistas se ven reducidos a encontrar formas de visualización para las conexiones que analizan científicos, sociólogos y economistas. Esta contradicción podría criticarse de dos maneras: por una parte, el fracaso del trabajo interdisciplinar deseado y exigido en una época de creciente especialización, que corre el riesgo de desembocar en una reducción de la complejidad y, con ello en la simplicidad y la generalización. Por otra parte, en vista de la presión de la competencia, cada vez mayor, el arte se encuentra ya en el camino de la economización absoluta, donde se ve inducido a desarrollar estrategias a partir de la comunicación, la pedagogía y la publicidad. ¿Es ésta la contribución actual del arte y los artistas a un discurso social plural, democrático y libre? Algunos profesores de la Escuela Superior de Bellas Artes de Berlín Weißensee han reconocido que así es. Hasta el momento, los planes de estudios de arte, y también de arquitectura, han engendrado diplomados muy capaces, pero que carecen del conjunto de instrumentos para analizar los fenómenos sociales actuales y, sobre todo, para verbalizarlos. En consecuencia, los artistas están condenados a un aislamiento que no han buscado. El curso de posgrado “Estrategias espaciales” de la Escuela Superior de Bellas Artes de Berlín, intenta satisfacer esta necesidad. Los estudios, de dos años de duración, están concebidos para titulados de distintas escuelas superiores que se mueven entre varias disciplinas y la transversalidad, y que buscan ampliar sus posibilidades creativas y teóricas. Se les ofrece la oportunidad de tratar temas que contemplan posiciones artísticas individuales y procesos sociales de nuestro tiempo. El núcleo de la formación es, en especial, el desarrollo de capacidades creativas y cooperativas que se relacionan con el significado cultural de la acción pública. El contenido específico de los estudios se articula en la creación de la publicación de medios para temas relevantes desde el punto de vista del espacio, en la frontera entre el arte y la ciencia.
01.01.2009
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04.02.2020 10:17
Letošní 50. ročník Art Basel přilákal celkem 93 000 návštěvníků a sběratelů z 80 zemí světa. 290 prémiových galerií představilo umělecká díla od počátku 20. století až po současnost. Hlavní sektor přehlídky, tradičně v prvním patře výstavního prostoru, představil 232 předních galerií z celého světa nabízející umění nejvyšší kvality. Veletrh ukázal vzestupný trend prodeje prostřednictvím galerií jak soukromým sbírkám, tak i institucím. Kromě hlavního veletrhu stály za návštěvu i ty přidružené: Volta, Liste a Photo Basel, k tomu doprovodné programy a výstavy v místních institucích, které kvalitou daleko přesahují hranice města tj. Kunsthalle Basel, Kunstmuseum, Tinguely muzeum nebo Fondation Beyeler.
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